El Castillo de Monselice

 

Castello di Monselice

 

En los últimos acodos de las Colinas Euganeas, a los pies de la parte occidental del Monte de Lozzo, encontramos el pequeño castillo de Valbona. Esta tierra es muy antigua, dado que se han encontrado restos de palafitos y, poco sobre el castillo, algunos restos de una auténtica fortificación paleovéneta.

Antes de hablar de este castillo, tenemos que hablar de el de Lozzo dado que, con los pocos elementos que conocemos, está claro como con el pasar del tiempo el castillo de Valbona siempre ha estado a su dependencia. Parece que el castillo de Lozzo remonta al 983 cuando el conde Inghefredo dei Maltraversi recibió el feudo por parte del emperador Otón II. La fortificación, destruida una primera vez por Ezzelino III da Romano en 1229 e inmediatamente reconstruida, fue, a comienzo del siglo XIV, teatro de uno de los hechos más misteriosos de toda la historia de la República Comunal de Padua. De hecho, mientras Padua estaba en guerra en contra de Cangrande della Scala, fue traiccionada por el conde Nicolò di Lozzo que, una vez descubierto, hizo de manera que en 1313 los Scaligeri demoliesen su mismo castillo, para que no cayera en manos de los paduanos. En el lugar donde surgía el castillo de Lozzo hoy en día se puede ver el palacio Correr, ya Lando.

Castello

  

Se dice que el castillo de Valbona fue construido por el Municipio de Padua en la época precedente al gobierno de Ezzelino; otros, como el Rusconi en su libro sobre El Castillo de Valbona (Il Castello di Valbona) (pág. 60), dicen que podría en cambio remontar al periodo de Ezzelino (1237 - 1256); sin embargo, es cierto que el castillo existía de todos modos en 1258, dado que el Código de Gianfrancesco Capodilista habla de esto, pero siempre como una dependencia del castillo de Lozzo, dado que sólo éste aparece en una lista de castillos por los que fue promulgado en 1275 un decreto del Municipio de Padua.

Una vez destruido el castillo de Lozzo en 1313, el de Valbona adquirió una verdadera poScalinatasición estratégica porque se encontraba en el centro de las carreterar que venían de Montagnana y de Este, en la frontera entre los territorios de Padua, Vicenza y Verona.

Por este motivo los Carraresi sin duda a partir de 1338 lo restauraron y lo fortalecieron.
Por encima de las dos puertas, de piedra blanca, aparece la enseña personal de Ubertino I de Carrara, es decir, el yelmo con un sarraceno con los cuernos. Sin embargo, esta enseña fue utilizada también por Francesco I y por su hijo. Nos referimos a ese año porque 1338 es el año en el que Ubertino I empieza a construir una parte de las murallas de Montagnana y de todo el castillo de Este.

El hecho de que, en el periodo de los Carraresi, el castillo de Valbona no era más una dependencia, está documentado en el testo de una carta de 1402 a todas las fortificaciones y todos los presidios del trio, en la que Francesco II Novello da Carrara les pide a los capitanos de vigilar detenidamente porque tenía la sospecha de la traicción. Entre los capitanos destinatarios de la carta estaba el de Valbona.

Con la caída de los Carraresi y con el adviento de la dominación veneciana, el castillo perdió su importancia como fortificación. Sin embargo, mantuvo las características fundamentales de un lugar de observación y de control, si pensamos en el hecho de que durante la guerra de Cambrai (1509-1518) un tal Cucchin, de Verona, se apoderó del castillo en nombre del Rey de Francia y vivió allí con un presidio durante un Barbarigo. En el libro Territorio de Padua Ilustrado de Andrea Gloria (vol. III, pág. 92) se lee: "Debemos a la familia Targa su propietaria la conservación de tan bonito monumento de la edad media". Hoy en día es de propiedad de los condes Albrizzi.

El castillo de Valbona es casi interamente visitable aún hoy en día y en los días de cielo despejado es un placer mirar de sus almenas hacia el campo alrededor, lejos y lejos hacia la llanura padana. El castillo tiene planta rectangular de 40x25 metros. Tiene séis torres: cuatro torres (en los lados al sur y al norte) son hexagonales, y dos (en el medio de los lados a oriente y occidente) cuadradas. Todas estas torres minores son altas alrededor de 16,30 metros. Justo en el medio del castillo está la torre mayor que llega a los 22 metros. Las murallas son altas 11 metros y el espesor a la base es de 1 metro, llegando a 0,50 metros al final.

Las puertas son dos, altas casi 4 metros, una a oriente y la otra a occidente. La segunda, además de tener la enseña de piedra blanca de Ubertino I, tiene también, siempre de piedra, el escudo de los Carraresi. Las puertas tenían por cierto el puente levadizo dado que existía un profundo fosado lleno de agua que rodeaba interamente la estructura. El fosado fue cegado y durante los trabajos se encontraron muchísimas bolas de piedra de Istria, verosímilmente lanzadas contra las murallas sobre todo en los siglos XIII y XIV. El castillo tiene en el interior dos cortes y mantiene, en un estado de buena conservación, el aspecto austero y militar que indudablemente tenía en el pasado.